sábado, 16 de junio de 2007

San Pedro de la Paz: De verde a gris

  • La joven comuna penquista ha privilegiado el crecimiento inmobiliario en desmedro de la protección de su envidiable ecosistema.
Por Nidia Valenzuela

A diario el mundo lucha por defender el medio ambiente frente al calentamiento global. Sin embargo, el hombre no toma conciencia de ello y prefiere cambiar el aire puro -y sus ventajas- por un afán lucrativo: el sucio y vil dinero.
La flora y fauna, hace algunos años, comenzó a desaparecer de San Pedro de la Paz. Sus verdes paisajes fueron cambiados por lotes de cementos, convertidos en lujosas casas para una “elite”.
¿Qué pasó con lugares como la Laguna Grande o Chica y sus alrededores, que se convertían en sitios atractivos para un paseo familiar? Lamentablemente, esos panoramas hubo que cambiarlos por una ida al mall o a distintos espacios cerrados, porque ya no se puede disfrutar mirando un paisaje privilegiado. El “progreso”contaminó visualmente este tesoro. La naturaleza nos regaló un sector lleno de diversas especies, es decir, de monocultivo -característicos de nuestra zona-, para disfrutar al máximo y tener como tarea intentar conservarlo. Pero ¿por qué nos arrebataron esta belleza sin permiso de los vecinos?

La constructora Aitué, desde fines de la década del noventa, comenzó a ejecutar sus obras en San Pedro de la Paz, específicamente en el sector El Venado y Los Batros, lo que provocó el exterminio de todo un sector del bosque y también de áreas que no están aptas para este tipo de construcciones.
Si vemos en la página web de Aitué (http://www.aitue.cl) se presentan como una empresa que marca la diferencia entre sus pares, ya que desarrollan sus proyectos en diversos sectores geográficos. Pero, ¿esa cualidad tiene que depender de la destrucción de todo un lugar privilegiado por la naturaleza?
Al parecer sí, ya que para edificar estos barrios ABC1, han ignorado el derecho de toda una comunidad a disfrutar del ecosistema que, desde que tenían conciencia, estuvo plagado de verdes colores y de una amplia variedad de especies naturales.
Andalúe es un lugar digno de un cuento de hadas, con lujosas construcciones habitacionales en medio de un bosque (lo poco que va quedando).
Para llevar a cabo este proyecto, tuvo que intervenir la mano del hombre, quien ayudado de grandes maquinarias, botó árboles y destruyó el hábitat de algunas especies, sin medir las consecuencias que esto podría provocar con los años. “Las raíces de los árboles poseen grandes cantidades de agua, lo cual genera un equilibrio de napas subterráneas que finalmente, terminan en la Laguna Grande”, afirmó a El Telón, el director de la organización medioambiental Defendiendo a San Pedro, José Morales.
Pero no sólo flora y fauna sufren, sino que también los mismos habitantes de los sectores aledaños -cada vez más rodeados de casas y edificios- , ya que el aire que respiran no es el mismo, porque cada vez está más contaminado.
Últimamente se ha puesto mayor énfasis en proteger el área de Los Batros, pero sin dudas el sector de El Venado no es menor relevante, ya que si se visita el lugar, se puede apreciar cada vez más construcciones ¿Hasta cuándo? La municipalidad no se pronuncia expresamente frente a esto, pues no limita los permisos para que estas obras se lleven a cabo, más bien pareciera que las apoya y que es cómplice del daño ecológico que trae consigo el “crecimiento”. Las autoridades se hacen las ciegas, sordas y mudas.
Otro caso similar está ocurriendo durante estos días, con el inicio de las obras del Colegio San Ignacio en la comuna, específicamente en el humedal Los Batros. Y, para demostrar otra vez la desfachatez a Aitúe, fue justamente esa empresa la que transfirió los terrenos, que no son apto para la edificación.
Este establecimiento, antes de que se pusiera la primera piedra, ya estaba advertido -por Defendiendo a San Pedro- de que estas tierras son parte importante del patrimonio de San Pedro de la Paz. Sin embargo, prosiguió con los rellenos del lugar y ya prepara su inauguración para el 2008.
Y la historia se repite. Tal como ocurrió hace algunos años en Andalué, colegios como Saint John’s o Santísima Trinidad invaden espacios “extranjeros”, a cambio de destrozar estas áreas verdes importantes para el resto de vecinos antiguos.
Si se continúa construyendo en el cerro y en el humedal, lo único que se va a lograr es que los animales lleguen a las zonas urbanas en búsqueda de comida, como ha ocurrido en Santiago, en la también pudiente comuna de Las Condes, donde por causa de la intervención en la precordillera, los pumas llegaron a los condominios para conseguir alimento y poder sobrevivir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, lo que está pasando en San Pedro es ya casi común en nuestros tiempos... el "avance" de este mundo ha estado irrumpiendo en una de las cosas más hermosas que nos rodea "la naturaleza"...

además.. (por lo que vi en CQC) han habido quejas por parte de las personas en contra de la construcción en los humedales que no han sido escuchado por partes de la alcaldía... peeero, de que hay que extrañarse???.. siempre es igual..

ojalá las fuerzas se mantengan en esas personas...



saludos ex compañeros, suerte en este proyecto


Fabián Pardo

Gustavo M. dijo...

Lo de San Pedro no es nuevo, yo vivi hasta los 6 años en aquella comuna, especificamente en el sector Miramar, el cual tenia como entorno el precioso cerro que hoy en dia es Andalue. No puedo negar que esos sitios son hermosos en cuanto a infraestructura, pero ya no queda nada de los arboles y mancaquis que habian cuando yo subia a mis 5 años ese cerro